El domingo por la tarde conocimos otro rinconcito agradable no muy lejos de Salamanca: El Castañar de El Tiemblo.
Aquí, los verraquillos y la petardilla de turno, pasamos un fantástico día almorzando en el campo y paseando por un precioso bosque de castaños tintado de ocres y amarillos increíbles sobre verdes espectaculares. Así lo decía mi última frase antes de regresar: "tengo otro color favorito, el amarillo de los castaños otoñales de El Tiemblo...".
Entre estos altos y fructuosos castaños, sobrevive como puede El Abuelo, un castaño que ya cuenta con más de 500 años a su espalda; bueno, a su tronco, jeje... En fin, digo sobrevive porque, al pobre, poco le debe de quedar ya: está hueco por dentro y algo chamuscado, víctima de un incendio, supongo, pero aún así impresiona adentrarse en ese refugio natural que a tantos habrá dado cobijo en el pasado. A pesar de su delicado estado de salud, sus hijos le rodean y protegen arropándole. Por lo que he leído, está entre los cinco árboles más longevos de toda España, siendo a su vez el más longevo de Castilla y León.
A los pies de El Abuelo, no pude evitar recordar a otro viejo amigo que tuve el placer de conocer en Oaxaca (México) durante el verano del año pasado: EL Árbol del Tule. Se trata de un ahuehuete o sabino que tiene el diámetro de tronco más grande del mundo, con un perímetro de 42 metros. Afirman que para abarcar su tronco son necesarias alrededor de 30 personas con las manos entrelazadas y se estima que tiene más de 2000 años. Por si alguien se anima alguna vez a visitarle, que sepa que este gigante se encuentra en Santa María del Tule, a sólo 13 km de Oaxaca por la carretera de Mitla, segunda zona arqueológica oaxaqueña de mayor interés después de Monte Albán.
¡Cuánta sabiduría tienen los árboles! Nos enseñan tanto y les prestamos tan poca atención... Habría que sentarse más a menudo a sentir su grandeza y su protección, su experiencia y su bondad, su energía viva, su actitud positiva, su amor inteligente y desinteresado...
Una vez leí en un libro un capítulo dedicado a la sabiduría de los árboles en lo que respecta al amor. A mí me maravilló y nunca me canso de leerlo. Por el momento, nada ni nadie me ha hecho cambiar de parecer a la hora de describir un amor bello y sano en todo su esplendor. De ahí que si alguien me pide consejo o sencillamente me apetece darlo, le ofrezco el relato en cuestión. Aquí os lo dejo, intercalado con alguna foto más, para que aprendáis a amar, aunque sea un poquito, como lo hacen los árboles...
"Ved que vuestro amor no sea como el del muérdago hacia el roble, que hunde las raíces en su tronco para chupar su savia y su fuerza. Que no sea como el de la aliaga con el retoño de pino, que crece y lo envuelve hasta asfixiarlo entre sus espinas".
"Buscad, más bien, que vuestro amor sea como el de los árboles. Cada uno abrazando la tierra con sus propias raíces, elevándose al sol de la mañana con los brazos extendidos al cielo, dando gracias por cada nuevo amanecer".
"Y llevad cuidado en asentar vuestras raíces a suficiente distancia, no sea que la fuerza de las ramas de uno haga huir a las ramas del otro, torciendo su tronco e impidiéndole buscar las nubes".
"Velad, pues, por mantener en cada momento la distancia justa, para que la tierra humedezca sobradamente vuestras raíces y el viento pueda limpiar de hojas secas vuestras ramas, para que podáis hacer una copa amplia y robusta que dé sombra al caminante y nido a los pájaros del cielo".
"Y así, cuando crezcáis y hayáis esparcido vuestras semillas al viento, las puntas de vuestras ramas se tocarán en las alturas, para que bailéis con regocijo al son de la Danza de la Vida".
Bonito cuento y bonito post. Aunque el mexicano es un abusón, me quedo con "El abuelo", rodeado por sus hermanos más jóvenes. La verdad es que el sitio era mágico de verdad. Me están gustando mucho los discos de Depedro. Tengo ganas de ver el concierto.
ResponderEliminarhttp://davidiego.blogspot.com/2009/03/el-tercer-dia.html aquí un amigo de 1500 años.
ResponderEliminara ver si tengo un finde libre y me voy con mi princesa a leer las arrugas del bosque.
Abel...
ResponderEliminarNo mames, güei... Tú siempre barriendo para casa, jeje. No olvides que yo sería una gran guía en el Centro y Sureste Mexicano y que algún día podría presentarte en persona al Señor Tule. No tengo ningún problema en volver, y mucho menos si es contigo!
Davidiego...
Gracias por presentarme a Tane Mahuta. Ojalá algún día pueda darle un abrazo, NZ tiene que ser una pasada!!
Que bueno. Os estáis saliendo con estos posts que son pura delicia...
ResponderEliminarBesos
Santi
;)
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