Nenuska, así me llama mi pequeño amigo Roman, y yo le digo ¡Tontusko!. Este canijo que me tiene prendada lleva dos veranos viniendo a casa de mis padres. Él vive con su familia en Ucrania, cerca de Kiev, y tanto él como su hermano pequeño pasan las temporadas de verano con otras familias en el extranjero.
No hace falta describir lo agradable y cariñoso que es, sólo hay que mirarle a los ojos. Es un niño muy sociable, y lo que más me gusta de él es que sigue siendo un niño. Espero profundamente que las circunstancias en las que vive en su país no le lleven a crecer antes de tiempo y siga observando al mundo desde esos ojos curiosos y alegres.
Roman partió hacia Ucrania hace ya una semana, y me despedí de él de una forma especial. Yo le había hablado de mi excursión a Gredos y le enseñé algunas fotos, y él, a su manera, me dijo: "mí gusta mucho andar por la naturaleza, no por la ciudad". Así que decidí llevarle con Abel y con Curro a algún sitio antes de que se fuera.
El destino fue La Peña de Francia. El recorrido, de unos 10 km, desde El Caserito. Como la intención de Abel era entrenar, él subió corriendo y volvió a bajar para después subir de nuevo a nuestro ritmo. Curro estuvo nervioso desde que nos separamos, no hacía más que ir corriendo hasta donde estaba Abel y regresaba a por nosotros, y así tres o cuatro veces, hasta que al fin se quedó a nuestro lado. Cuando Roman, Curro y yo íbamos por la mitad del recorrido, Abel ya había vuelto. Nos dejó sin habla.
Me hizo mucha ilusión esta experiencia, a pesar de que estaba cansada y algo molesta por mis dolores menstruales, se me agarrota la espalda en la zona lumbar, y ascendiendo no era plato de gusto. Pero ir acompañada de Roman alivia a cualquiera. ¡Qué curioso es! "Mira, Nenuska, un pájaro muy bonito", decía. "Es un petirrojo", le iba contando yo. "Alicia, mira que hierba más bonita". "Venga, que te hago una foto, canijo".
¡Y qué decir de la experiencia propia! Tantas veces que he subido allí a arriba en coche con mis padres de niña, y de repente me veo subiendo andando con 28 años. Me encantó. Nunca pensé que haría algo así, esto del senderismo me está apasionando. Conocer los rincones y senderos de mi provincia se va a convertir en un reto. ¡Ya era hora!, pensaréis algunos. Pero como yo digo, yo nací en Menorca y aquello sí me lo conozco como la palma de mi mano.
¿Y nuestro guía? Sin él poco de esto sería posible. En tres años que llevo en Salamanca no he conocido a nadie tan activo y con tantas ganas de hacer cosas interesantes fuera de la ciudad con quien pudiera compaginar mi tiempo y mis ganas de aprender. Sin duda he hallado un tesoro. Ahora que estás en Los Alpes dándolo todo, espero que estas excursiones ligth que nos has regalado no enturbien tu impresionante reto más garrulón, como tú lo llamas, en el Tor des Géants. Ahora que te sigo por la web a través de Los Alpes, me doy cuenta de lo importante que eran tus entrenamientos. Pero ánimo, que si no me equivoco y los hitos que marca el cuadro son cumbres, ya llevas 5 de 25 en sólo un día. Lo estás haciendo estupendamente.
Abel y Roman en el Mirador de Santiago |
Un alto en el camino para meditar... |
Parada en El Castaño Centenario |
Para terminar, Roman, aquí dejo nuestra canción, la que siempre cantamos a voces en el coche, la que bailábamos por las calles de Ciudad Rodrigo las noches del verano pasado, la que siempre me recordará a ti. Te quiero mucho, pequeño!!
Y para los demás, os dejo un par de vídeos de la Asociación Ven con Nosotros, con la que traemos a estos niños que tanto lo necesitan, por si alguna vez os animáis a pasar un verano diferente o conocéis a personas que deseen ayudar a estas familias tan luchadoras como la de Roman, o a otros niños que ni siquiera conocen lo que es vivir en familia.
Alicia... yo podria vivir en ese Castaño centenario.......
ResponderEliminarNo lo dudo, Pilar, no lo dudo...
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