lunes, 14 de noviembre de 2011

Por hache o por be


Me mareo con promesas que me cuesta cumplir.
Otra vez que me siento con mis pasos de cangrejo, en los que avanzo tres y retrocedo dos. ¡Y qué desesperante es ser consciente de ello! Y aún más que haya pasado un mes y no le haya puesto remedio por hache o por be, como dicen por ahí.



Qué gracioso echarle la culpa a la hache y a la be. ¿Sabíais que la expresión viene por los dictados del colegio? Por la frecuencia de las faltas de ortografía cometidas con estas letras, que eran las más típicas. Y que posteriormente la expresión se extendió al uso cotidiano.

Bueno, pues exactamente no ha sido por letras, pero sí por palabras. Por palabras de excusas autoconvincentes, y de promesas auto-incumplidas. ¿Quizá porque me miento? No, hombre no. Más bien no pienso antes de hablar, y me comprometo con cosas externas más de lo que debo. Y luego lo mío se esfuma sin darme ni cuenta. Al fin y al cabo, ahí están la "hache" y la "be" de "eso te pasa por hablar".

A eso hay que sumarle mi incapacidad de romper compromisos ya verbalizados. Entonces sucede que...


Llevo un mes diciéndome que iba a salir a correr y nada.
También que no trabajaré más de lo que me toca, y me pringo a la mínima.
Que me acostaré a la hora y descansaré lo necesario.
Que cenaré, aunque sea tarde.
Que sabré decir "no", si veo que me voy a agobiar.
Que dedicaré algún rato más a estudiar.
Que no leo desde hace tiempo.
Que no medito, que no escribo, que no pinto...

Y que todo acaba en enfermedad. 
Y mi cuerpito, como siempre, desesperado diciéndome, "pero niña, que existo". 


Si no fuera por algunos paseos que me permiten respirar contigo...




Ya me avisaba septiembre...
¿Astenia otoñal? No. 
Intuición, visión de futuro... Llámalo como quieras.

Y es que ahora recorro el invierno como si fuese una maratón de logros personales, uno tras otro, uno tras otro... Sin descanso. Y todo para compensar mis antiguos inviernos de sofá, de mirada perdida y desidia compartida. 



Y no me llegan las horas... No me llega el aliento.

Y me enfado con el mundo.
Y vomito mis quejas... Y luego me arrepiento.

¿Y si algún día dudo del disfrutar de mis logros...?

Mejor no pensar en eso.
Mejor prometo que trabajaré en ello.
Desde ya. 
Aquí dejo constancia de que he empezado con la cena de hoy:



En una semana os cuento.


4 comentarios:

  1. Ufff!!!...tú por hache o por be....yo por pitos o por flautas... Creo que todos andamos obligándonos a cuidar de nosotros porque solito no nos sale!!

    ¿astenia otoñal?... Astenia dorsal, más bien: dorsal 2011!!

    En fin: pongámonos las pilas y relax!!

    Un achuchón!!

    ResponderEliminar
  2. Dorsal derecho, es el mío, y lumbar total en la época menstrual... Para esto último voy a probar con la infusión de artemisa, o acabaré con sobredosis de ibuprofeno...

    A cuidarse entonces, eh! Ya somos dos con deberes.

    Un abrazo, guapísima!!!

    ResponderEliminar
  3. estoy como tú, esa lista de propósitos, o parecida, la publico de vez en cuando en mi blog para recordármelo y hacer un pacto público, pero ni por esas.

    ResponderEliminar
  4. De momento sigue fallando la meditación y salir a correr. Lo demás, viento en popa.

    ResponderEliminar