jueves, 15 de marzo de 2012

Marzo me grita silencio


Silencio... Ausencia de sonido. 
Sin embargo, que no haya sonido, no siempre quiere decir que no haya comunicación.


El silencio es igual de importante que el sonido. 
Sin sonido no se podrían hacer silencios en las canciones y sin silencio las canciones serían muy rápidas y no habría tiempo para quien la está cantando a respirar. 

Comúnmente, el silencio sirve de pausa reflexiva tras una comunicación, para ayudar a valorar el mensaje.

El silencio puede utilizarse con una intencionalidad dramática, puesto que el silencio revaloriza los sonidos anteriores y posteriores. 

Finalmente, el silencio también puede ser consecuencia de un error técnico.


"El silencio es la elocuente expresión de lo inexpresable"


Hay una historia hindú acerca de cuatro monjes que deciden, a modo de disciplina espiritual, mantener un día de silencio. De esa manera pueden estar más enfocados y concentrados, no gastar su energía en charla trivial o entrar en discusiones inútiles.
Bueno, todo va bien a lo largo del día. Ellos van a hacer sus tareas sintiéndose muy virtuosos y mostrándose gran respeto mutuamente. Entonces, al atardecer, comienza a oscurecer, y uno de los monjes, que está muy ocupado preparando la cena, dice: "Alguien debería encender la lámpara". El segundo monje se vuelve hacia él y le dice: "¡Has hablado!" El tercer monje dice, "¡Callaos los dos!" Y el cuarto monje dice, "¡Ahora soy yo el único que no ha roto el voto de silencio!"
Guardar incluso un silencio externo – mantener nuestra boca cerrada – es más difícil de lo que podríamos imaginar. Mucho más difícil es mantener un silencio interno – la ausencia de pensamiento.
Sala de silencio en Lalita

Y luego está el silencio más hondo. El que va más allá de la ausencia de sonido o de pensamiento. Aquel que se alcanza con la meditación. Aquel que, dicen, "hace florecer nuestra indomable voluntad interna". Aquel que domina los otros.


De las flores que pisé salen pájaros volando.
De la fiebre de papel... agua.

Cualquier domingo de marzo
te despertarás empapada en sudor recordando
las horas que pasamos juntos mirándonos así.

De las flores que olvidé en el suelo de tu cuarto.
De la almohada de tu piel... soñando.

Es más difícil prestar atención 
a las cosas que ocurren delante de mí,
se me pasó la vida pensando en aquello.

Y cualquier domingo de marzo me pasaré
por donde estés y hablaremos de algo...

Quizá nos quedemos callados mirándonos.


3 comentarios:

  1. Somos el silencio de las cosas calladas, el color, el olor y las formas, huellas de pisadas, acordes insonoros, compases de un ayer lejano, y sombra. Reflejo de lo que fuimos y de lo que hoy nos conforma.
    La mariposa es leve, hermosa, taciturna,y efímera, rivalizando con los sueños.

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  2. Aveces creemos que cuando dos no hablan... algo pasa...
    pues no, lo malo seria querer decir algo y no hacerlo o peor aún, no tener nada que decir.
    Preciosa entrada nena, besos

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  3. Mara...
    Preciosas tus palabras... como tu blog. Se te dan tan bien los números como las letras, artista.

    Pilar...
    Contigo aprendí que "los silencios entre amigos constituyen auténticas conversaciones: lo importante no es lo que se dice, sino lo que jamás resulta preciso decir".

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